Elogio de la estupidez

En mi otro blog,que tuve que privatizar porque parecía tener un especial imán para atraer a cualquier descerebrado que pasara y/o paseara por la red(salvo honrosas excepciones como Juli Gan)...en mi otro blog,decía,ya me había referido alguna vez a la manera en que se ensalza,se elogia y se fomenta la estupidez en los anuncios televisivos.Ahora acabo de ver dos que a punto han estado de joderme la sobremesa...bueno,más bien me la han jodido,porque en vez de estar despatarrada en el sofá,café en mano,me lo he bebido de un trago y heme aquí dispuesta a cagarme en la progenitora de algunos publicistas.

El primer anuncio empieza con un descerebrado con la cara oculta(lo cual me parece muy normal,no sea que alguien le reconozca en la calle y le arree la patada en los huevos que le arrearía yo si lo tuviese delante).El descerebrado va subiendo por una escalera,,llega a una puerta y en vez de entrar como cualquier persona normal o no tan normal(joder,si hasta muchos asesinos en serie entran por la puerta),la destroza y entra por el  hueco,para acto seguido ponerse a dar puñetazos a todo lo que pilla,ante la mirada del adolescente amante de las natillas que ocupa la habitación.El eslogan es "cruje tu rutina con...(aqui el nombre de las susodichas natillas)"...en fín,que si la mejor manera de "crujir la rutina " es esta, que me lo expliquen,porque no me cuadra mucho.

Y la segunda perla ya es de juzgado de guardia.Una pareja con cara de faltarles un hervor o varios,más a él que a ella,él se está comiendo tan a gusto y tan cerdamente un bocadillo de hamburguesa mientras ella nos cuenta la ajetreada y arriesgada vida de su marido:que si persecuciones,que si tiroteos...hasta que al notas se le cae salsa sobre la camisa.Su mujer exclama ¡"cariño,otro tiroteo"!...en fin,que aqui ya me ha dado el siroco y por no imitar al descerebrado y crujir la TV de una patada,me he venido al ordenador a descargar todo el cabreo...ya se sabe que la publicidad estudia detenidamente a los posibles consumidores,pero realmente ¿somos tan estúpidos como nos muestran?