miércoles, 1 de abril de 2015

Primero sucididate,luego mata...y no al revés.

El dia 24 de este mes pasado se estrellaba en los Alpes un avión que había salido de Barcelona con destino Dusseldorff.Tal y como fueron pasando las horas,y se fueron sabiendo más detalles, llegó una noticia que nos dejó   de piedra:el copiloto había estrellado el avión expresamente.Desde entonces no han dejado de bombardearnos con noticias,la mayoría sin más interés que acrecentar el morbo,relacionadas con el estado mental de Andreas Lubitz.
Las entidades que trabajan con individuos afectados de trastornos mentales han pedido repetidas veces que no se estigmatice a los enfermos mentales(más de lo que ya lo están).
Pero más allá de la enfermedad mental, lo que me llama la atención de muchos suicidas que antes de serlo se convierten en  asesinos, es la necesidad de llevarse a alguien por delante.Y lo curioso es que suele ser una manera de actuar mucho más propia del sexo masculino que del femenino.Lo vemos en la mayoría de los asesinatos por violencia de género:hombre mata mujer y sólo luego decide suicidarse.No al revés.
Puedo comprender ,porque la he sentido, yo que amo la vida por encima de todo,esa tristeza, esa angustia,ese no-ser en una misma que puede llevar a no querer seguir...pero ni en mis peores momentos se me ha ocurrido llevarme a nadie por delante si decidiese bajarme del mundo...La única vida de la cual soy dueña es la mia propia.No tengo el poder de decidir si alguien que no sea yo ha de seguir-o no- viviendo.Y me jode lo indecible que haya tanto individuo jugando a ser Dios...pero ya que juegan a ser Dios, que tengan narices de invertir el orden de sus acciones:primero que se suiciden, y luego, si tienen narices, que maten a quien sea...los y las que quieren seguir viviendo se lo agradeceran...

1 comentario:

  1. Pues es verdad. Yo también he estado varias veces en un tris de quitarme la vida, pero con sumo respeto por los demás, y sin la más mínima pretensión de 'hacer ruido' con mi muerte siquiera. Parece que el Lubitz ése tenía un ego un tanto sobredimensionado, como bien sugieres...

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