sábado, 2 de diciembre de 2017

El silencio

A veces, uno calla, no porque no tenga nada que decir, sino por amortajar las ganas y la tristeza de decir palabras como infamia, represión,maldad,mentira...y ante esas palabras que pugnan por volar libres desde la boca, desde la mano hacia no se sabe donde, el alma se recoge, oscura, en la tristeza de la desazón,y calla el borbotón rebelde ,el grito que se expande corazón abajo, para encontrarse con la perplejidad, con el no querer creer que la maldad no sólo nos roce, sino que pretenda gobernarnos con una represión de tres cifras ,dos repetidas, cuyo sonido podría remitir al chascarrillo obsceno si no fuese porque ya se va acabando el lugar de la ironía, y se extiende, como un coágulo de sangre helada, el cansancio del no entender qué Satanás de pega extiende sus alas y arropa a aquellos que se pretenden "normales" y son un escupitajo sucio en la cara de la decencia.
Y mientras callo, cumplo con mi obligación diaria,impartir docencia ,"adoctrinar" le llaman los que jamás mamaron más que doctrina genocida y clasista...
Quizás mejor el silencio cuando hay tanto que decir.

1 comentario:

  1. En este sistema montado, todos adoctrinan, vosotr@s y nosotr@s y ahi está el problema.

    Saludos

    ResponderEliminar