Ayer leía un artículo sobre la ley que ese asesino se acaba de sacar de la manga amparado en la mayoría absoluta de su partido.Y lo llamo asesino con pleno conocimiento de causa,porque es artífice y cómplice de las consecuencias que su puñetera soberbía va a acarrear a muchas mujeres, a muchas familias.
Leía un artículo, decía,en el que una pareja explicaba como interrumpieron la incipiente gestación el que hubiera sido su tercer hijo, sencillamente porque no lo deseaban.Y sentí como, a nivel emocional,mi ser rechazaba el acabar con un embarazo únicamente por no desear un tercer,o un primer, o un segundo hijo.Pero mi razón está con la libertad personal.
Nadie puede obligar a parir a quien no lo desea, a quien lleva en sus entrañas a una criatura malformada que no vivirá después de salir del vientre de su madre, que morirá dentro de él,o que vivirá pocos o muchos años convertida en un vegetal...nadie puede obligar a una família a cargar con una criatura discapacitada que no quiere,nadie puede obligar a sobrellevar un embarazo a una mujer con problemas de salud mental...nadie puede obligar a una mujer a parir por decreto ley.Nadie.
Sabemos que las mujeres somos botin de guerra,que la práctica de violar a las mujeres es una de las más cruentas en el contexto de desacuerdos bélicos...y esos perros que nos gobiernan también lo saben.No les basta con llevar el país a la miseria,con destrozar con saña el estado de bienestar que mínimamente se había conseguido,con recortar las ayudas a la dependencia;ahora la emprenden contra una libertad,amarga, pero libertad al fín y al cabo,porque la mujer ha de ser como Dios y Gallardón mandan:sumisa,callada,y preñada.
Aunque le cueste la vida,o la salud mental.