Ojiplática me quedé ayer cuando vi asomar por las ventanas traseras(uno por cada lado) del coche que me precedía mientras conducía de regreso a casa,la cabeza y la casi totalidad del torso de dos monstruos niños que debían estar entre los 8 y los 10-11 años.Con el evidente peligro que tal cosa implicaba,tanto para ellos como para los otros conductores, iban increpando a todo vehículo que pasaba por su lado,incluido un pobre motorista al que le arrearon un buen susto.Sinceramente,me despertaron mis instintos más primarios y asesinos, tanto hacía los dos adultos que iban delante sin parar el coche y frenar tal conducta, como hacia ese par de psicòpatas precoces...
La otra de niños,más bien de padres,ha tenido lugar esta tarde.Mi hijo pequeño juega a futbol y hoy se ha jugado el primero del nuevo año.Una vez marcado el primer gol, que ha sido a favor de nuestro equipo, los progenitores de los contrincantes no han encontrado mejor manera de animar a sus hijos que diciéndoles a voz en grito "nosotros somos mejores",y alguna que otra lindeza que he preferido no escuchar.Por suerte, nuestros niños son "peores",pero tienen unos padres que saben comportarse y además juegan(los niños, no los padres)mejor al futbol ,por eso, a pesar de ser peores, han ganado por 2 goles a cero.
Nuria, es lo que hay, ya desde pequeños hacemos competitivos y maleducados a los niños gracias a nuestras propias actuaciones, luego decimos que son unos maleducados.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Cómo se educa a los críos? Lo dice Emilio, se les infunde la importancia de la competitividad, pero no la de superarse, sino la de pisar a quién sea para imponerme yo. Si ya no sabemos nada de la solidaridad y de nada que no sea el individualismo y el "quítate tú para ponerme yo", que tanto beneficia a los que nos metieron en la crisis, poco van a aprender los críos.
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